El valor de una tortilla

El jueves de la semana pasada acompañe a unos amig@s a una visita a una cooperativa para su proyecto para su tesis. El lugar al que fuimos se encuentra ubicado en Tamanique, La Libertad. Si han ido por estos lados, han podido ver la hermosa playa El Sunzal o Atami, entre otros. Sin embargo, la comunidad de la cooperativa, no ubicada del lado de la carretera donde esta la playa, es un paisaje muy diferente. Los socios de dicha cooperativa son gente muy humilde y trabajadora; ellos, con asistencia europea, están construyendo una piscina y un lugar para comer y así atraer turistas, cosa que veo bien difícil por el acceso al lugar además de ubicación misma. Otra de las ideas es aprovechar los terrenos, no en las faldas, sino sobre el cerro y adecuarlo para caminatas. Para no andar con rodeos, los terrenos son prácticamente verticales y el trabajo será muy pesado.

Lo curioso del asunto es que, por el momento, estas tierras se usan para el cultivo de maíz. Por ser verano y, tomando en cuenta la falta de recursos, la vegetación del lugar, al igual que los cultivos, se ven de la siguiente forma:

Subir a lo alto del cerro fue todo un reto y sin carga más que la de mi mismo cuerpo. Las personas del lugar deben bajar con sacos de 2 quintales. Incluso ha muerto gente al resbalarse. Todo por algunas monedas y que, acá en la capital, podamos disfrutar de las tortillas. Finalmente los dejo con esta triste imagen.

Uno de los ingenieros que nos acompaño dijo en tono de broma: “Este es de los que la mamá les dice ‘bueno, ¿y vos porqué no crecés?’”; por eso he llamado a la fotografía “Porque no crecen nuestros niños”, que bien pudo ser el título de este post.