14 de julio de 2009

Post sólo para hombres

Hace casi una semana asistí al entierro del papá de uno de mis amigos más cercanos. Mi amigo es una persona que busca siempre evitar el protagonismo, sin embargo, para mi fue una imagen impactante verlo halar, prácticamente él solo, el ataúd de su padre en el pasillo central de la iglesia. Unos minutos antes lo había visto entrar llorando como un niño. Luego, lo veo decidido, firme con el ataúd.
Para variar me puse a divagar. Me surgió la duda: de dónde sale la fuerza para un cambio como aquel. En muchas películas he visto situaciones similares, el protagonista se ha escondido tras u miedo y, después de una serie de situaciones, el personaje cambia. Es como dar el paso de hombre a niño en poco tiempo.
Por supuesto, quizás sea un cambio de actitud momentáneo, pero demuestra nuestra fuerza interior.
¿Han vivido ustedes alguna experiencia similar?
*Esta metamorfosis instantánea puede ser experimentada por hombres y mujeres por igual, a mi parecer, pero quería equilibrar ya que antes había publicado un post sólo para mujeres.

8 leyeron y piden la palabra:

Unknown dijo...

No se dan "el lujo" de quebrarse mientras otros lo hacen. Porque, a partir de ese momento, ellos son como los más fuertes que quedan aunque ellos son los que más sufren por dentro.

Raquel dijo...

Esos son los verdaderos hombres: a los que no les da pena llorar como niños.

Deybi dijo...

Yo lloro mucho, pero la gente (llámese tanto hombres como mujeres) deben ser fuertes. Andar lloriquiando por ahí todo el santo día, no. Hay que salir adelante y decir "basta de lágrimas" que luego duelen los ojillos.

Anónimo dijo...

Creo que es cuestion de cada persona, porque ya se han visto casos que las gente despues de la muerte de un ser querido se vuelven locas, otros se quedan como estatuas, otros se desmallan, otros muy calmados organizan todo en detalle a los deseos de el fallecido.
Que triste es pensar en que un ser querido se valla es una sensacion de vacio atorador en el pecho.

Wendy Q. dijo...

Pues creo que hubiera sido peor si no hubiera demostrado lo que sentia, aparte el dolor de perder a alguien tan cercano no tiene limites, y eso fue lo que sintio tu amigo al ver el ataud de su papa :(

Litzardo Rivas dijo...

maestro a veces no sabemos de donde salen esas forrzas pero en esos momentos dificiles siempre hay una fuerza interior que nos hace superra las circuntancias dificiles.


saludos.

Dulce Limón dijo...

Te respondí esto en mi blog...

Clau dijo...

fijate que yo tuve que asistir al funeral de un hombre joven, cuyo hijo mayor tendría unos 16 años, porque todavía estaba en el colegio, y me llamó mucho la atención la forma como sus compañero le dieron “soporte”. Cuando yo tenía esa edad, nos tocó acompañar a una compañera muy amiga al funeral de su mamá, pero nos limitamos a estar ahí, talvez unas palabras, pero no más. Sin embargo, estos chicos, cuando el féretro iba a bajar, se abrazaron todos como en semicírculo, abrazando a su amigo y no se movieron de ahí hasta que todo terminó. Me quedó la impresión de que en momentos así los hombres reaccionan diferente que las mujeres. Lo comenté con un hombre y me dijo algo así como que los chicos son más fuerza, más apoyo físico, echarle el brazo como diciendo “le hago frente con vos” y las mujeres más de emoción tipo lágrimas, como más dulce.