Fue una mañana, muy temprano. Como todos los días, yo registraba la basura de las casas de una colonia de gente adinerada. En esas bolsas era posible encontrar los mejores desperdicios. De pronto, al levantar la vista frente a una de las casas, me vi a mí mismo. Ahí estaba yo, con un traje, corbata y zapatos lustrados. El auto, brilloso color dorado. Logré ver dos niños pequeños y una mujer elegante, sonriente. Supe que, metido en aquel traje, también podía verme al otro lado, en la acera, con la cara poblada de barba, arrugas y cicatrices. Los ojos cansados, hundidos, y en la mano un saco con latas y otros cacharros.
Seguí mi camino, registré algunas bolsas más y me fui a una vieja construcción de un túnel, a recostarme dentro de unos de los enormes tubos de concreto. Pasé el resto del día y la noche allí.
Por la mañana, me despertó el ruido de unos pasos. De nuevo me vi, ya no con el traje elegante del día anterior pero siempre con ropa bastante pulcra. Puede verme a mi mismo acercarme al tonel, agacharse y preguntar con voz seca pero suplicante "¿qué es lo que quieres?", y agregó: "Lo que me pidas te daré". Y respondí con la misma voz seca, pero no suplicante: "Sólo te pediré que te apartes un poco que me tapas el sol".Y cerré los ojos. No era la respuesta esperada: pude escuchar mis pasos salir apresurados.
Algunos días después pasé de nuevo por la casa donde me había visto a mi mismo. Había mucho movimiento, ambulancias, policías y la mujer aquella elegante, ahora gritando. Era yo, acababa de morir.
Esa misma noche, avisado por los rumores, me acerqué a la funeraria donde me velaban. Había mucha y nadie notó mi presencia mientras me acercaba al ataúd. Me paré frente a la enorme caja dorada y pude ver mi doble imagen, gracias al espejo. Me quedé observándome un buen rato y de pronto, sonreí.
3 leyeron y piden la palabra:
Me gustan tus relatos, y tus microcuentos, tienen algo que siempre me toca, por así decirlo, y paso días reflexionando...
Muy buen llamado a la reflexión, como siempre.
Saludos :).
Buenísimo viejo. Me llega este micro relato.
Saludos!
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