17 de abril de 2013

Y qué sé yo...

Hace unas horas leí sobre una mujer de 22 años embarazada, que corría el riesgo de morir si continuaba la gestación se su hijo. Esto debido a una serie de complicaciones que padece la mujer y que han causado problemas en la criatura. Autoridades de Salud han solicitado autorización para realizar el procedimiento de extraer al pequeño que cuenta con 16 semanas de gestación.
De inmediato han saltado algunas personas, unas a favor otras en contra.
En mi forma de pensar, esto está mal ya que considero que la vida sólo Dios la quita y uno debería tomar el riesgo y confiar en que todo saldrá de acuerdo a Su voluntad. Ahora bien, esta es MI OPINIÓN. De encontrarme en los zapatos de Beatriz o alguna persona muy cercana, quizás haría lo que ella intenta: tratar de sobrevivir. Aparte queda la responsabilidad que ella corrió al quedar embarazada sabiendo sobre su delicada situación (ya había tenido problemas con su primer hijo). Buscar culpables a estas alturas es meterse en una enorme camisa, pues desconozco la situación de esta mujer, no sé si esta casada o si su pareja sabía de los problemas que sufría, no sé si ella había recibido la información adecuada o si cuenta con el apoyo de su familia y amigos o está sola.
Además que no sé, esta el hecho que no soy nadie para juzgar. Puedo confiar en la opinión de expertos y estudiosos del tema e informarme todo lo que pueda (dicho sea de paso, las opiniones están divididas). Pero al final, soy un simple humano.

Beatriz esta en sus zapatos y yo en los míos. No sé como reaccionaría ente la misma situación, ¿y ustedes?