31 de mayo de 2010

El experimento

Espero se encuentren bien, luego de estos días de lluvia. Debido a que estuve sin servicio de Internet desde el sábado no había podido escribir ni mucho menos contarles sobre cierta experiencia extrasensorial, la cual relato a continuación. El viernes por la noche sucedió algo muy extraño. Quedará en ustedes si me creen o no. Como había estado lloviendo buena parte del día, salí un rato en cuanto paró la lluvia para observar el cielo. Estaba mas despejado de lo que me hubiera imaginado. Tras unos segundos puede observar tres luces muy brillantes, casi como estrellas con la gran diferencia que estás se movían a gran velocidad. Poco a poco aumentaban de tamaño, se acercaban. Corrí a buscar mi celular para tomar un fotografía pero, desgraciadamente, al regresar el cielo estaba nublado de nuevo...
Ahora bien, en este punto debo confesar que lo que acabo de contarles no es cierto. Pero antes que que haga clic en le cruz de la esquina o me escriba algún comentario saludando a mi madre, quisiera decirle que todo esto ha sido parte de un pequeño experimento que estoy realizando. Sucede que tengo la teoría que la mayoría de la gente confía a ciegas en lo que encuentra en Internet, sea esto cuestiones científicas, actualidad, software, etc. Parece ser que el solo hecho de ver las cosas por escrito es suficiente para muchos. Otros defienden con uñas y dientes lo que han encontrado por el simple hecho de que es un archivo en formato PDF. Me sucedió a mi el año pasado con mí, por muchos conocido, "proyecto de yogur": sucede que, con mis compañeras, teníamos que encontrar el procedimiento para su fabricación y encontramos distintas versiones. Hicimos dos intentos con procedimientos distintos, ambos fallidos. En dichos procedimientos encontramos todos los datos, con temperaturas, ingredientes y tiempos. Los seguimos al pie de la letra.
Muchas personalidades han sido dadas por muertas en la web, incluido el presidente Funes. Y de software y páginas fraudulentas ni se diga.
Espero tengan cuidado con lo que encuentran y traten siempre de validar las cosas, no importa que esté en negritas, en páginas con nombres serios o en formato PDF.
¡Saludos!

24 de mayo de 2010

La Dama sin recuerdos

Ella se ha mantenido viajando desde Ataco a San Salvador, de un hijo a otro, a estar sola. Con el tiempo comenzamos a notar que contaba las mismas cosas varias veces en una misma conversación en cuestión de minutos, casi segundos. También se perdía con facilidad, olvidaba la hora, fechas y nombres. La enfermedad con nombre de alemán la estaba atacando. Ahora es una tristeza grande para mi encontrar a aquella mujer que solía viajar desde Ahuachapán a San Miguel con relativa facilidad, sentada en sala de mi casa porque no se acuerda en que habitación están sus cosas.
Fácilmente olvida qué pastilla le toca tomar después del almuerzo o donde dejó su monedero. No recuerda qué hizo el día anterior ni tampoco puede ver películas demasiado largas.
Es curioso, sin embargo, como uno aprender a luchar contra los síntomas de la enfermedad. Por ejemplo, siempre decía no acordarse si ya había desayunado o no cuando le preguntaba. Después, en lugar de preguntarle si ya había comido, mejor le preguntaba si tenía hambre. Resultó.
También he descubierto que le gusta ver programas y películas en inglés, además de ver partidos de fútbol: no lee los subtitulos ni sigue la trama ni los marcadores, le encanta hablar de los personajes que mira en la pantalla. También acostumbra ver los noticieros, aunque no me gusta ponérselos, ya saben, por las noticias.
Curiosamente se acuerda muy bien de sus poemas. Los declama, los recita, los vive.
Vive, por desgracia, con cierta urgencia por estar en Ataco, donde todo le queda muy cerca y tiende a recordar mejor las cosas. Después de tanto tiempo y tantas cosas vividas allí es lógico.
Sé que aún le quedan muchos años en vida, pero me pregunto si una eventual falta de recuerdos pueda llamarse vida.

18 de mayo de 2010

La Dama de Hierro

Así como Inglaterra tiene su Dama de Hierro, mi familia también la tiene. Es mi abuelita. Solo así podría explicarse que haya logrado sacar adelante a diez hijos, darles educación e, incluso, apoyarles en sus estudios universitarios (aunque no siempre fueses aprovechado), siendo ella una mujer menudita, sin estudios superiores ni un trabajo fijo, sin pertenecer a una familia adinerada ni poseer tierras ni negocios ni nada y pasando buena parte del tiempo sola en una época bastante conflictiva.
Sus primeros dos hijos pertenecen a su primer esposo, quien murió por voluntad propia. Los siguientes dos son de su segundo esposo, quien se marchó, también por voluntad propia. Los últimos seis son hijos de su tercer y último esposo, quién murió por voluntad de Dios luego de una larga enfermedad.
Nació en Ahuachapán hace más de ochenta años y tuvo el privilegio de  estudiar. Mas tarde se mudo a Ataco. Desconozco los hecho de su primer matrimonio, pero era aún muy joven cuando sucedió. 
La marimba de hijos vino con el paso de los años, cuando tuvo que forjarse una armadura para soportar los golpes de la vida: muerto el padre de sus primero dos hijos, se casó de nuevo, con un hombre infiel y borracho: mi abuelo. Como sus hijos tenían que comer, salía de pueblo en pueblo a vender y comprar cosas, aprovechando la ausencia de rutas de comercialización en aquella época. Huevos, ropa interior, carteras, todo lo que encontrara espacio en su maleta era buen negocio. Ya tenía hijos lo suficientemente grandes como para cuidar a los menores, sobre todo luego de su tercer esposo. Salía muy temprano, dejándoles únicamente un termo de café. En su ausencia todos agarraban camino. Fue por esta época que metieron a uno de mis tíos a la cárcel por unos días y ella culpó a mi padre, a pesar de ser menor que mi tío, por lo sucedido. Lo echó de la casa. Fue gracias a mi madre, muchos años después, que él regreso a hacer las paces con ella. La prosperidad tocó a la puerta: pusieron un cine sin saber nada del negocio. La primera presentación fue un fracaso. Pero siendo mi padre un visionario la cosa se prolongó por tiempo y espacio: un segundo cine fue abierto en Chinameca.
La familia se dispersó como enormes ramas de árbol: unos se casaban, otros se iban al extranjero, otros tenían hijos y otros, los menos, seguían creciendo y estudiando. Y claro, no sólo le tocó sacar adelante a sus hijos... también hubieron nietos. Varios.
Y hasta aquí su tercer esposo seguía con vida. Pero el cáncer estaba a las puertas. Sufrieron mucho, ambos, todos. Por esos días tengo recuerdos de ella de forma más nítida, pues se quedaba en mi casa a veces porque tenía que salir temprano al hospital.
Para cuando él murió la familia se fortaleció, se unió y la apoyamos mucho. Crecimos todos: en edad, tamaño, familia.
Sin embargo, el paso de los años y tantas cosas vividas tienen consecuencias graves en la mente de las personas...

 Este es el padre de mi abuela, mi bisabuelo.

* Lea la segunda parte el jueves, espero.

13 de mayo de 2010

#Twitterlove, #Twitterfail

#Yoconfieso que extraño tus tweets en mi TL...
No recuerdo exactamente cuando comenzamos a seguirnos, ni qué nos dijimos en nuestro primer tweet. Sí recuerdo, sin embargo, esa tarde, tarde con lluvia, cuando comenzamos hablando de lo mucho que llovía por aquí y de lo poco que lo hacía por allá. Terminamos muy entrada la noche pasándonos links de poemas de Neruda (puedo escribir los twets más tristes esta noche. Tuitear por ejemplo...)
Pasamos los días, contándonos nuestras aventuras, haciéndonos replies por cualquier cosa, marcando como favoritos todos nuestros tweets y alegrándonos con cualquier RT. Y así, nos convertimos en más que seguidores mutuos... ¡Ah, sí los DM fueran públicos!
Hasta creamos esa lista que únicamente nos incluía a vos y a mí. Y qué decir de aquel hashtag #Twitterfail para reírnos de las regadas del otro. Pasamos semanas enteras mostrándonos las imágenes de nuestras vida por el Twitpic y tu avatar se convirtió en la cosa más linda de mi TL. Eramos felices. Eramos.
Yo sólo quería pasar de los ciento cuarenta caracteres con vos pero me decías que no, que no era tiempo.
Te seguí insistiendo, te seguías negando. Incluso cambié mi bio mostrando mi deseo enorme de conocerte. Y vos cada vez más tuiteabas menos, me huías. Fue entonces que decidí enfrentarte, dejarme de juegos y ser totalmente directo, sin importar las consecuencias. Grave error. Pero quien busca la verdad corre el riesgo de encontrarla. Y yo la encontré... sin embargo, no hay verdad triste, sólo sin remedio.
Así que hoy, muy lejos de aquella tarde lluviosa, debo darte unfollow; pero antes quiero pedirte que le des saludos a tu esposo de mi parte.

10 de mayo de 2010

La mujer de la voz quedita

Quince segundos después de haberla conocido supe que ella sería la mujer de mi vida. Lo que yo no sabía era que a los diez minutos sería detenida por la policia y que pasaría los próximos cinco años en prisión, aparte de repetidas visitas en los próximos veinte, arrastrándome junto a ella dos de todos esos años... pero vamos por partes: aquella mañana de junio yo hacía fila frente a la embajada gringa en busca de un sueño. De pronto, una señorita se me acerca, se para mi lado y con voz quedita me pregunta la hora. Le respondí y, al hacerlo, pude ver sus ojos como un par de moneditas de chocolate. Ella, con la misma voz quedita, me dijo que me podía vender una visa, que no necesitaba estar haciendo fila, ni exámenes, ni tanto papeleo. Sólo me iba a costar dos mil colones. Sin más le dí todo el dinero que andaba con la promesa de entregarle el resto del dinero luego. Ella, boquiabierta, me pidió mi cédula amarillenta, me dijo que ya volvía y luego se perdió entre la multitud. Fue entonces cuando la agarraron. Le encontraron mucho más dinero del que yo le había dado, pero curiosamente el único documento que portaba, aparte del propio, era el mío, por lo que de inmediato me agarraron a mi también.
Fue hasta dos años después cuando, a falta de evidencia, me soltaron. Ella, con todos los dedos de la evidencia apuntándole, tuvo que pasar cinco años en la cárcel. En ese tiempo la visité cada semana y lo seguí haciendo en sus otras tres estadías para hacerle saber que quería casarme con ella.
Logré conseguir un trabajo, estabilizarme, tener cosas propias. Ella consiguió que no la mataran.
Justo un año antes de terminar su última condena, ella me pidió que no la visitara nunca más, que me buscara una buena mujer  y que me casara. Solo le hice caso en lo primero.
Sin embargo, al día siguiente de salir libre me buscó y me dijo: "vengo a casarme con usted, sí aún esta dispuesto a hacerlo". Ese mismo domingo nos casamos.
Han pasado los años y ella ha aprendido a sonreír. Nunca hemos mencionado las circunstancias en que nos conocimos ni mucho menos la razón por la que ella se quedó con mi cédula aquel día frente a la embajada gringa. 
Ella es feliz ahora, o al menos lo aparenta, porque ciertas noches puedo escucharla temblar mientras suda frío pidiéndome perdón con voz quedita.

6 de mayo de 2010

De Karmico a Lucido

Como muchos de ustedes ya sabrán, la semana pasada salió el Ubuntu 10.4. Yo lo esperaba con ansias, como muchos, desde que supe del cambio de imagen. Por aquello de la ley de Murphy, no actualicé el mero día que salió, quise esperar algunos días para escuchar comentarios. La semana que dizque iba a esperarme se hicieron dos días. Así que el domingo a las 11 y 30 de la noche comencé el proceso. A las 2 de la mañana del lunes ya había terminado. Sí, ¡sólo dos horas y media! Bastante poco si se toma en cuenta que había que descargar 870 megas.
La experiencia ha sido buena y el sistema reacciona sin despeinarse.
Solo he tenido dos problemas: la apariencia no cambió en nada (a excepción de la botonera de las ventanas) y que el icono de Firefox no aparece en ningún lado (el primer problema lo vengo arrastrando desde la que instalé la 9.10 al querer cambiar temas, así que no no lo tomen en cuenta).
Sin mentir puedo decir que lo mas difícil ha sido acostumbrarme al cambo de Koala al Lynx, creo que me había identificado demasiado con el primero.
Agradezco a Virginia, Lesliee y Victor por la ayuda técnica prestada y el entusiasmo regalado.

3 de mayo de 2010

¡Ponelo en tu blog!

Me gusta pensar que los blogs, el msn, celulares, el twitter, entre otros, son una extensión de nuestra boca. Y por muy bonito o muy feo que sea lo que escribamos/ digamos/ pensemos, estamos en la libertad de hacerlo (siempre y cuando respetemos las reglas de convivencia). 
Dicho esto comprenderán porque es tan molesto para mi que alguien te diga qué poner en tu blog o cualquier otro espacio. Digo, las sugerencias y las criticas constructivas son siempre bien recibidas. A lo que me refiero es que alguien venga y te diga EXACTAMENTE qué poner, qué publicar, qué escribir. Si quieren dar a conocer en la web una foto, un poema o desahogarse deberían abrir sus propios blogs.
Por otra parte también esta la orientación que cada uno le da a su espacio. Sí bien es cierto que no es fácil definir de qué trata mi blog (lo acepto), sí considero que es fácil saber a qué NO esta orientado. Si alguien me dice que ponga algo fuera de estas líneas es señal que no lee. 
Se imaginan ahora porque me molesta que alguien venga a decirme exactamente qué escribir y encima es algo que se sale de las líneas temáticas de mi blog.
Cada quien decide qué, cómo, cuando y por qué escribir. Por lo demás, son bienvenidas las sugerencias.