En memoria del Padre Ignacio Ellacuría

El sábado por la tarde pensaba en cuál podría ser el tema de mi próximo post, pues tenía bastantes idea. En eso, puse la YSU, y estaban sacando un “radiodocumental” sobre el Padre Ignacio Ellacuría. Mas o menos conocía la historia pero ese día conocí muchos detalles que casi me hicieron llorar. Decidí, entonces, dedicar este post a la memoria de aquel hombre y de aquellos que murieron con él. Muchos de forma anónima.

Estrecho colaborador de Romero, el sacerdote vasco Ignacio Ellacuría fue asesinado la madrugada del 16, en plena ofensiva. Una partida de militares irrumpió en el campus de la UCA y lo asesinó a mansalva junto a otros cinco sacerdotes y dos trabajadoras de la residencia religiosa, la ama de llaves y su hija. Los sacerdotes eran los académicos y pensadores de mayor importancia de la Teología de la Liberación en América Latina, y por tanto un “peligro mayor” para la estabilidad del régimen represor que imperaba en muestra nación “el Pulgarcito de América”.

El Padre Ellacuría trato siempre de mediar para conseguir la paz en nuestro país. Muchos sectores de la extrema derecha lo consideraban el “ideólogo” de la guerrilla, cuando, en contadas ocasiones, se manifestó en contra de la guerra. Fue traicionado por el gobierno. Desde aquel momento se intento culpar al FMLN, pero la justicia prevalece y ahora el expresidente Cristiani ha sido denunciado por dos grupos de defensa de los Derechos Humanos ante la Audiencia Nacional española por tratar de encubrir a los militares que asesinaron al padre Ellacuría, a los otros cinco sacerdotes jesuitas y a su ama de llaves y su hija. También solicitaron una pena para los 14 ex oficiales y soldados que llevaron a cabo la matanza en la UCA. Desgraciadamente aun ahora la verdad se intenta encubrir de cualquier forma. Ver post de Soysalvadoreño. Acá pueden ver la cronología completa del crimen.

Han pasado casi 20 años. Creo que es nuestra responsabilidad que esta sangre no haya corrido en vano, que sus ideales de paz y justicia sigan vivos. No los dejemos morir.

Cada uno de ustedes tiene que ser un micrófono de Dios, cada uno de ustedes tiene que ser un mensajero, un profeta.

Moseñor Romero.