2 de enero de 2013

Hablar mucho y hacer poco

Sé que irse de un país es difícil, máxime si es el país de uno donde está su familia, amigos, trabajo y todo lo que una a una persona a un pedazo de tierra. He conocido unos 3 casos, apenas. El primero por trabajo, mi mejor amigo. Sigue allá ayudando a su familia, superándose y hasta echando raíces y retoños. 
El segundo también por trabajo, a hacer lo que saliera, pero sin una familia a quien mandarle algo acá. Pasados unos meses lo regresaron los gringos.
El tercero, el único que no se fue "al norte" sino al sur y por estudios. Ahora está allá por trabajo.
Los tres se fueron, no "les salió" la oportunidad, la buscaron. Y lo hicieron sin tanta vuelta, sin andar hablando, cosa muy común en nuestro país y en cualquier otro. Por ejemplo, en España surgió el año recién pasado la iniciativa "Vete", iniciada por un español viviendo en México y consistía en pagarle el pasaje a cualquier país del mundo a una persona que estuviera dispuesta a irse de España. Muchos se inscribieron y confirmaron. Curioso fue, sin embargo, que la persona favorecida del sorteo declinó el viaje y, después de un segundo torneo, la segunda favorecida también declinó.
Decir que en otro país las cosas son distintas, que se puede salir adelante, que más oportunidades... ¡todo eso es fácil!
Si me preguntan, prefiero quedarme a luchar acá. No quejarme sin hacer. Eso cuesta, como también cuesta irse y salir adelante. Lo único fácil es hablar, pero eso no nos saca de nada.

1 leyeron y piden la palabra:

Ale dijo...

Siempre, cuando uno no está en los zapatos de quien camina, es fácil decirle al otro lo que tiene que hacer o dejar de hacer. Nos encanta a los seres humanos opinar al respecto, pero pocas personas viven su vida y se miran hacia dentro.

No es nada fácil sufrir el desarraigo propio de tu país, sea buscado o no. Es comenzar otra vez, siendo quién sos pero conociendote en un lugar distinto.

Mi novia vino de España y no le está resultando nada fácil, nos cuestan muchas cosas y tener a sus amigos y familia lejos la quiebra en dos por más que tenga amistades y amor acá, todo cuesta.

Las oportunidades abundan en un lugar y a veces en otro, y en ocasiones por ningún lado. El caso es lo que uno necesita hacer, y hacerlo. Mañana se podrá volver o no a dónde se estaba, pero hay que hacer cosas al respecto para poder decir algo. La única certeza es la que nos da la experiencia, y eso se consigue caminando y no siendo pasivo.

Un abrazo Gero!