30 de julio de 2011

El vendedor de sueños

'Venga, pase adelante, le tengo variedad de sueños' - decía un hombre mayor delgado en una venta de garage. Aunque estaba en mi ruta diaria, jamás había visto a aquel hombre.
Movido por la curiosidad, decidí entrar. Adentro pude ver cantidad de sueños, dispuestos en cajas de cartón colocadas en estantes de metal.
'¿Qué es esto' - pregunté señalando el montón de cajas. 
Estos - me dijo el hombre - son todos los sueños que acumulé durante toda mi vida. Ya no los necesito, a mi edad sería imposible siquiera pensar en alcanzar alguno de ellos.
Me explicó que los sueños estaban ordenados por áreas: laborales en una pequeña caja, familiares en un par, ideas varias regadas en cajas de diferentes tamaños. Sin embargo, llamó fuertemente mi atención que la mayor cantidad de cajas eran las que contenían sueños de amor. Revisé algunas cajas y puede encontrar discos, libros, poemas escritos en servilletas de papel. 'Todos son de una sola persona'- me dijo al hombre al verme interesado en esas cajas. 'Ha pasado ya bastante tiempo desde entonces, ya ni recuerdo su nombre'.
Decidí comprar un pequeño cuento escrito a mano en una hoja amarillenta; sin embargo, en el momento que comencé a leerlo, sentí una fuerte presión en el pecho. Era horrible. Escuché de la nada un risa dulce. Sentí una caricia en mi mano. Un vacío dentro de mi. Un sentimiento de incompletibilidad, si es que existe tal cosa. Fue una sensación extraña, insoportable tampoco quería dejarla...
Al fin, las palabras del hombre lograron sacarme de mi estado. 'Eso es justo lo que yo siento a cada momento'. Lágrimas rodaron por sus ojos arrugados. Yo no pude más y, dejando el cuento en cualquier lado, salí corriendo del lugar. 
Mientras iba caminando regresé a la normalidad poco a poco. Sin embargo, no podía sacar de mi cabeza aquel pequeño cuento: 'Venga, pase adelante, le tengo variedad de sueños' - decía un hombre mayor delgado...

1 leyeron y piden la palabra:

Ale dijo...

Decía una opereta de Dolina: "no corra, que ya pagó". Por más que uno quiera salir corriendo de ahí, ya hizo mella en nosotros y forma parte de nuestra historia.

Yo no tengo cajas de sueños, quizás por no querer recordar los que no tuve, o porque quiero pensar que aún puedo conseguirlos...

Abrazo desde la fresca Buenos Aires